Conozca sobre los signos del zodiaco, astrología y su carta astral. En esta entrada hablaré sobre el signo Escorpión. ¡Bienvenidos!
En el libro “Los signos del zodiaco”, Linda Goodman (una de las tesas en los signos astrológicos), cuenta que “una de las normas astrológicas más extrañas es la muerte de alguien en la familia en el término de un año antes o de un año después del nacimiento de uno de estos especímenes. Y que, cuando uno de ellos muere, en la familia habrá un nacimiento dentro del año que precede o que sigue a la muerte”.
Así son los escorpiones. Dominan la vida. Dominan la muerte. Nacen conociendo los 2 extremos. Haciendo de puente en la transformación última entre la luz y la oscuridad. Y por eso tienen la habilidad de ser blanco o negro. Ángeles o demonios. Santos o pecadores. Antídoto o veneno.
Por eso también se les asocia con lo radical. Con la determinación férrea. Con la devoción. Con la energía desbordada. Con la resistencia. Como un escorpión en el desierto. O con la pasión y con las emociones extremas (y por lo tanto con el cliché del sexo… que es cierto… pero acuérdense, son de extremos). Porque van por todo. O se quedan con nada. Sin contemplaciones y muchas veces sin compasión… Pero la mayoría de las veces con tacto. Con benevolencia. Con mística. Con magnetismo. Con elegancia. Con sutileza. Porque los que tienen mucho de escorpión en su carta natal, tienen ese poder innato de dominarlo todo (hasta sus más profundas emociones). De controlar a su antojo. Moviendo sus hilos invisibles mientras nos hacen creer al resto que somos nosotros los que estamos al mando…
Sherlock Holmes los debió envidiar. Y los celadores también. Porque son detectives desde el nacimiento. Máquinas de rayos x en movimiento. Como los buenos ajedrecistas. Geniales estrategas emocionales que siempre van 10 movimientos adelante. En silencio. Porque captan todo en un solo segundo. Con un solo parpadeo. Con un imperceptible movimiento. Porque nada, absolutamente nada se les escapa.
Que se apiaden de nosotros oh seres inmortales!! Porque su dulce veneno logra lo imposible… y derriba lo indestructible. Por eso pueden ser los mejores en todo… cuando se les da la gana. Porque están dispuestos a todo por lo que quieren y por los suyos, o dispuestos a arrasar con lo que les obstaculice su camino. Cualquiera que hayan escogido. Por pasajero que sea.
Por eso, para bien o para mal, lo que tocan lo transforman por completo. Y para siempre. De ahí que este signo también sea conocido como el signo de la regeneración. Un inmenso poder que sencillamente da miedo. Que en ocasiones los atormenta, y del que ellos mismos desconfían. Por eso, cuando logren dominarlo, dejarán de sentirse amenazados, para convertirse en esos pocos que logran la verdadera “trascendencia”. El verdadero conocimiento de lo divino y lo humano. Ese que solo nace al tener que arrastrarse de vez en vez en la inmundicia emocional, de perderse en los más bajos instintos… para luego resurgir del fango y para tocar el cielo con sus manos… para compartirlo con los que siempre estuvieron a su lado…
A mí me pasó. Lo que decía Linda en su libro. Aproximadamente al año de nacer mi hijo, su bisabuela murió. Sobra decir que él me transformó la vida para siempre. Y lo seguirá haciendo de la mejor manera.
Y me volvió a pasar hace poco más de un año. Esta vez, el que murió fui yo. Pero solo, para volver a renacer.
Les dejo un video del signo de escorpión!
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