Conozca sobre los signos del zodiaco, astrología y su carta astral. En esta entrada hablaré sobre el signo Acuario. ¡Bienvenidos!

“A ti, Acuario, te doy la visión del futuro, para que el hombre pueda ver nuevas posibilidades. Padecerás el dolor de la soledad porque no te permito personalizar Mi amor. Pero, para que endereces la mirada del hombre hacia nuevos horizontes, te doy el don de la libertad a fin de que en ella puedas seguir sirviendo a la humanidad allá donde sea menester”.

He buscado en todos lados para saber quién es al autor de esta descripción. No lo encontré. Seguro debió ser dios.

Pero hay otra que es aún mejor: “separarse de la especie por algo superior, no es soberbia, es amor” … elixir auditivo emanado del pulso de Cerati. Palabras que curiosamente, describen el conflicto y la historia mitológica de Ganímedes, el representante de la constelación del “aguador”, un mortal que convivió con los dioses: en pocas palabras, la extraña dualidad que significa ser acuariano o con una gran influencia de este signo o de Urano en la carta natal: humanistas que al mismo tiempo aborrecen y quieren apartarse de la humanidad entera. Que comparten con todos sin querer estar con nadie. Proclamando la libertad así tengan que privar, o privarse de ella. Seres emocionales que rayan en una insensibilidad robótica. Artistas utópicos o escépticos científicos… racionales o intuitivos. Moviéndose en un sinfín de extremos, pero con la increíble capacidad de conciliar lo más absurdo, lo más contradictorio… como su naturaleza lo exige, pues su única norma es llevar la contraria a lo que sea. Incluso a ellos mismos.

Por eso son los verdaderos rebeldes del zodiaco. Los que no encajan. Los excéntricos. Impredecibles. Sin prejuicios. Los que no creen en nada. O en todo. Los que debieron nacer 100 años antes. O 100 después. Y por eso mismo los visionarios. Los genios. Los locos. Y por ende, los llamados a cambiar las cosas. A ver más allá del presente (o del pasado), y como Ganímedes, a tener acceso a secretos tan divinos como la ambrosía de los dioses, o el derecho a saber el verdadero conocimiento, así como el deber de compartirlo con el resto. Sin embargo, es un arma de doble filo. Sino pregúntele, a Prometeo qué le pasó por robarse un poco del fuego del sol para “iluminar” y compartirlo con los mortales (y no menciono a la “serpiente del conocimiento” para no meterme en líos. O meterlos). O como le pasó a Pasteur. A Copérnico. A Galileo. Y a tantos otros. Incomprendidos. Desdeñados. Perseguidos. Ridiculizados. Tildados de incendiarios y traidores… hasta ser apreciados cuando su visión fue finalmente entendida con el paso de muchos años, en el futuro en el que hoy vivimos, y que para ellos ya era pasado.

Y en esas estamos. Precisamente esa misma energía acuariana es la que dicen que desde hace unos años estamos experimentado. Una energía que llama al cambio. A romper el molde, las falsas tradiciones y los rígidos convencionalismos. Por medio de creencias nuevas, diferentes, más humanas, más universales. Pero también, por medio de la tecnología, la Internet y sus grandes saltos cuánticos. Notables herramientas acuarianas que contradictoriamente puede devolvernos a nuestra esencia… o destruirnos por completo. Seguro un acuariano ya vio lo que iba a pasar. Seguro nadie le ha hecho caso.

Acuarianos, acá les dejo un video donde aplico estos conocimientos en una carta astral:

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